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viernes, 20 de febrero de 2015

7 funciones cerebrales que puedes controlar

7 funciones cerebrales que puedes controlar
Desde la sed y el hambre hasta deprimirte.

Aunque nos gusta pensar que siempre estamos en control de nuestras acciones, una gran parte del comportamiento humano, como el estado de ánimo y las costumbres, se remontan a reacciones involuntarias del cerebro.

Los científicos han encontrado que muchas de las funciones básicas pueden apagarse o prenderse mediante la manipulación de partes específicas del cerebro. De acuerdo con Mental Floss estás son las siete cosas que podemos activar o desactivar en nuestra cabeza.

La sed: Se sabe que el centro de control de la sed está en algún lugar del hipotálamo, pequeñísima sección cerebral que regula una serie de funciones básicas, como el hambre, el deseo sexual y la temperatura, entre otras.

Recientemente, neurocientíficos de la Universidad de Columbia identificaron dos poblaciones específicas de neuronas en el hipotálamo de ratones que controlan el impulso de tomar agua. Mediante el uso de un proceso llamado optogenética, los investigadores manipularon estas células para que fueran sensibles a ciertas longitudes de onda de la luz. Entonces, implantaron cables de fibra óptica en el cerebro de los ratones que se iluminaban o apagaban de acuerdo con la actividad de las neuronas.
Así, fue cómo encontraron un grupo de neuronas de la sed que provocan una conducta intensa de beber cuando son activadas. Por ejemplo, los roedores llegaron a beber hasta el 8% de su peso corporal en agua cuando estas neuronas se encendieron. Eso es el equivalente a que una persona tome 5.7 litros de agua en 10 minutos. También, existe otro grupo de neuronas que reduce el deseo de beber, aun cuando el animal esté deshidratado.

El hambre: Utilizando la misma técnica de la optogenética, científicos de la Universidad Johns Hopkins han identificado las células cerebrales que controlan el impulso de comer. Cuando estas células se activan en los ratones, éstos se ven obligados a atiborrarse mucho más allá del punto de la satisfacción. Pero cuando éstas se desactivan, los ratones ignoran el alimento, aunque tengan hambre. Se cree que esta información podría ayudar a tratar los trastornos alimenticios y la obesidad en los seres humanos.
3. La conciencia: El ser consciente es una característica que define al ser humano, por lo cual no es de sorprenderse que tal peculiaridad se aloje en el cerebro.  Durante un experimento para estimular diferentes partes del cerebro en un mujer epiléptica, Mohamad Koubeissi y su equipo accidentalmente estimularon una sección llamada el claustro, por lo que la paciente perdió el conocimiento, pero no murió. En cambio, se quedó inmóvil, con una mirada en blanco y no mostró respuesta a las señales a su alrededor. Cuando el efecto terminó, la mujer recobró la conciencia y no recordaba nada sobre el evento.


Si sabemos cómo se crea la conciencia y qué partes del cerebro están involucradas, entonces podemos entender quién la tiene y quién no. ¿La tienen los robots?, ¿La tienen los fetos?, ¿La tienen los perros, los gatos o los gusanos?”, comentó Christof Koch del Instituto Allen para la Ciencia del Cerebro en Seattle.
A pesar de ser esto un parte aguas, debido a su epilepsia, esta mujer tenía una parte eliminada de su hipocampo, por lo que su cerebro estaba lejos de ser el de una persona "normal". No obstante, otros estudios han demostrado que el cerebro humano puede apagar la auto-conciencia cuando estamos estresados.

En 2006, los neurobiólogos del Instituto de Ciencia Weizmann en Rehovot, Israel,  observaron que cuando los seres humanos se ven obligados a concentrarse en una tarea difícil (sobre todo con un límite de tiempo corto), el área del cerebro asociada con la introspección se detiene, dejando de funcionar por lo que entramos en una especie de trance hasta que la tarea se termine. Esta capacidad podría ser el resultado evolutivo de una especie de autodefensa.

Si hay un peligro repentino, como la aparición súbita de una serpiente, no es útil quedarse quieto y reflexionar acerca de nuestros sentimientos ante la situación", explicó el investigador Ilan Goldberg a New Scientist.
4. El dolor: Podemos aliviar el dolor con ciertos fármacos; sin embargo, muchos tratamientos tienen efectos secundarios como la dependencia y la tolerancia. Daniela Salvemini, investigadora de la Universidad de Saint Louis piensa que ha encontrado una manera de tratar el dolor crónicocausado por daños en los nervios, incluyendo la agonía física causada por la quimioterapia y el cáncer de huesos. Al encender el "receptor de adenosina A3" en el cerebro y la médula espinal, Salvemini y su equipo fueron capaces de bloquear el dolor causado por daño a los nervios en roedores, sin ninguno efecto secundario.


5. La violencia: Dayu Lin, de la Universidad de Nueva York, se adentró en el hipotálamo para observar las neuronas específicas que se disparan durante los actos de violencia física. Mediante la optogenética, Lin fue capaz de convertir ratones machos en feroces luchadores que atacaron cualquier cosa a su alrededor, incluyendo objetos inanimados u otros roedores machos y hembras. Asimismo, Lin pudo reprimir sus impulsos violentos silenciando estas neuronas.

Creo que hay muchas razones para pensar que esto también es aplicable en los seres humanos", señaló Newton Canteras, neurocientífico de la Universidad de São Paulo en Brasil, y co-autor de este estudio.
Curiosamente, las neuronas que inducen a la violencia se superponen y compiten con las neuronas asociadas con el sexo. De hecho, el acto sexual suprimió temporalmente los impulsos violentos en los ratones.
6. Los malos hábitos: Los neurocientíficos han encontrado las células cerebrales responsables de la formación de hábitos en los roedores. Al activar o desactivar estas neuronas, se pueden eliminar o formar nuevos hábitos. En el experimento, los ratones fueron dotados de un nuevo hábito con la ayuda de una sabrosa recompensa. Los científicos entrenaron a los animales para navegar por un laberinto hasta que éstos aprendieran el camino. Posteriormente, cuando el hábito se formó, la recompensa fue cambiada por un castigo. Después, las neuronas se inhibieron en el laboratorio por lo cual el hábito desapareció.

Actualmente, este tipo de procedimiento sería demasiado invasivo para los seres humanos, dice el profesor Ann Graybiel, miembro del Instituto McGovern para la Investigación del Cerebro en el MIT.  Sin embargo, no se descarta su uso en un futuro.


7. Depresión, Parkinson, y tal vez el Alzheimer: A través del uso de electrodos insertados en el cerebro, Andrés Lozano, neurocirujano de la Universidad de Toronto aprovecha la electricidad para tratar algunas de las enfermedades más problemáticas de la humanidad. 

Usamos la electricidad para modificar el encendido y tratamos de bloquear el mal funcionamiento usando electricidad. Así que en este caso, suprimimos la actividad de las neuronas anormales", mencionó Lozano en un charla.
Así pues, Lozano sabe cuáles son las neuronas que están fallando en el cerebro y que causan los temblores a quienes padecen Parkinson y como resultado de la supresión, los temblores se pueden reducirse casi en su totalidad. Asimismo, Lozano ha trabajado de manera similar con áreas del cerebro que causan depresión severa y los resultados han sido sorprendentes.

En 2014, este neurocirujano puso en marcha un ensayo clínico para el tratamiento de 50 pacientes con enfermedad de Alzheimer leve con el fin de hacer que las áreas del cerebro que ya no recibían glucosa vuelvan a conseguirla nuevamente.

fuente: http://quo.mx/10-cosas-que/2015/02/19/7-funciones-cerebrales-que-puedes-controlar