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jueves, 24 de noviembre de 2016

El ejercicio físico mejora la función cerebral en personas con deterioro cognitivo leve


El ejercicio de resistencia, caso del levantamiento de pesas, aumenta el tamaño de algunas áreas cerebrales, lo que conlleva una mejoría de las capacidades cognitivas


La práctica de ejercicio físico es, no cabe ninguna duda, beneficiosa para la salud. Y no solo para nuestra salud ‘física’, sino también para nuestra salud ‘mental’. No en vano, son numerosas las investigaciones que han confirmado que la actividad física ayuda a mejorar los síntomas de distintos trastornos mentales, caso de la depresión. Pero aún hay más. Un nuevo estudio dirigido por investigadores de Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Sídney (Australia) muestra que la ganancia de fuerza muscular mejora las funciones cerebrales de las personas, tanto de mediana edad como mayores, que padecen deterioro cognitivo leve.

Como explica Yorgi Mavros, director de esta investigación publicada en la revista «Journal of American Geriatrics Society», «en nuestro trabajo hemos encontrado una mejora de la función cognitiva asociada al aumento de la fuerza muscular. Y cuanto más fuerte se volvía la gente, mayor era el beneficio para sus cerebros».


Levantar pesas

El deterioro cognitivo leve es un estado precursor de la enfermedad de Alzheimer en el que los afectados, si bien aún pueden vivir de una forma totalmente independiente, ya presentan una menor capacidad cognitiva –caso, por ejemplo, de una disminución de la memoria, del razonamiento o de la capacidad de atención–. Un aspecto muy a tener en cuenta dado que, según las estimaciones de los especialistas, la cifra de personas que padecerán demencia en el año 2050 se elevará hasta los 135 millones.




Y en este contexto, ¿qué se puede hacer para reducir la futura carga de la demencia? Pues para responder a esta pregunta, los autores han desarrollado el Estudio sobre Entrenamiento Mental y de Resistencia (SMART), trabajo llevado a cabo con la participación de 100 adultos con edades comprendidas entre los 55 y los 86 años y diagnosticados de deterioro cognitivo leve con el objetivo de hallar una posible asociación entre la ganancia muscular y las funciones cerebrales.

Los participantes del estudio fueron, de acuerdo a un criterio totalmente aleatorio, incluidos en cuatro grupos de ejercicios: un primer grupo en el que practicaron ejercicio de resistencia y entrenamiento cognitivo computarizado; un segundo grupo en el que llevaron a cabo un ejercicio de resistencia y un entrenamiento computarizado ‘ficticio’ –o ‘placebo’, como sería ver documentales de naturaleza–; un tercer grupo en el que además de un entrenamiento cognitivo computarizado realizaron un ejercicio físico ficticio –o ‘placebo’, caso de una serie de estiramientos mientras permanecían sentados, lo que no conllevó una ganancia de la masa muscular–; y un último grupo en los que los ejercicios de resistencia, tanto física como mental, eran ‘ficticios’ –grupo control o placebo.





Concretamente, el ejercicio de resistencia consistió en sesiones de levantamiento de peso dos veces por semana durante seis meses. Una actividad en el que el peso a levantar se fue incrementando progresivamente según los participantes ganaban fuerza muscular. Y este ejercicio, además de una evidente mejora de la condición física, ¿supuso algún beneficio para la cognición de los ‘atletas’? Pues sí, dado que todos los participantes mejoraron sus resultados en los test de cognición, incluidos aquellos específicos para la enfermedad de Alzheimer. Además, el beneficio se mantuvo una vez habían transcurrido 12 meses desde la finalización de las sesiones de levantamiento de pesas.

Por el contrario, ni el entrenamiento cognitivo computarizado ni, obviamente, los ejercicios físicos y mentales ‘ficticios’ se asociaron con una mejora de la función cognitiva.

Como destaca Yorgi Mavros, «cuanta más gente consigamos que practique entrenamiento de resistencia como el levantamiento de peso, mayor probabilidad habrá de que la población envejezca de forma saludable. La clave es asegurarse de que el ejercicio se practica con regularidad, cuando menos dos veces por semana, y que a una intensidad que posibilite maximizar la ganancia en fuerza física. Y es que así podremos lograr el máximo beneficio para nuestros cerebros».
Cerebros más grandes

Y este beneficio de la actividad física sobre la capacidad cerebral, ¿cómo se explica? Pues una posible explicación sería, tal y como muestran las pruebas de imagen realizadas en el estudio, que el entrenamiento físico promueve el crecimiento de algunas áreas específicas del cerebro.

Como concluye Maria Fiatarone Singh, co-autora del estudio, «el próximo paso será analizar si el aumento en la fuerza muscular también se asocia con los incrementos en el tamaño cerebral que hemos viso en nuestro estudio. Además, también queremos evaluar la relación entre fuerza muscular, crecimiento cerebral y capacidad cognitiva con objeto de determinar la forma idónea de prescribir ejercicio para maximizar estos efectos».

Fuente: ABC salud